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30 d’oct. 2019

Ni la cerveza cura ni el vi aprima


Reproduïm parcialment aquesta notícia de fa anys, ja que el seu contingut continua sent de completa actualitat (Juan Revenga, El País, 27/11/2015)

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Cada semana se publican en los medios supuestos estudios científicos sobre los efectos saludables de determinados productos. Desconfía de ellos: están financiados por la industria que los fabrica.

La agencia de noticias Associated Press acaba de destapar un nuevo escándalo en la alimentación en Estados Unidos. Coca-Cola pagó 1,5 millones de dólares a una organización de lucha contra la obesidad, Global Energy Balance Network, para propagar en los medios la idea de que sus bebidas no son responsables de esta epidemia. El caso es un ejemplo más de cómo la industria que elabora productos históricamente poco saludables planta cara a las voces críticas: financiando organizaciones para que difundan estudios presuntamente científicos que promuevan su consumo. Y que de paso contradigan la evidencia y el consenso científico independiente.

Esos estudios se suelen transformar en titulares del estilo "La cerveza baja el colesterol" o "El vino previene la caries". ¿Cómo podemos poner en su sitio estas noticias buenrollistas carentes de cualquier tipo de recomendación seria? Hay ejemplos a patadas, pero para ilustrar la cuestión de manera rápida y comprensible, usaremos dos de los más habituales: las bebidas alcohólicas y del azúcar.

En el primer caso, en las noticias nos encontramos casi a diario con montones de mensajes complacientes que destacan un determinado beneficio sobre la salud gracias a su consumo. A menudo podemos asistir a un triángulo amoroso entre los productores de bebidas alcohólicas –sobre todo cerveza y vino–, determinadas entidades vinculadas a la ciencia y los medios de comunicación. La razón es más que evidente: según la normativa europea (artículo 4, apartado 3) está prohibido hacer declaraciones de propiedades saludables en la publicidad o el etiquetado de bebidas con un grado alcohólico superior a 1,2%.

Por eso se hace imprescindible convertir este tipo de informaciones en una noticia en base a un supuesto "estudio científico", o un reportaje desgranando las ventajas del consumo de bebidas alcohólicas: porque en ese caso se supone que no es publicidad. Así que ese se convierte en el único escenario posible para que los productores hagan llegar a los consumidores su mensaje: el que facilitan algunos medios de comunicación con el atrezzo de "la ciencia".

Así, con la machaconería de un martillo pilón, los titulares surgen día a día, confundiendo sobre los supuestos beneficios del consumo de vino y cerveza sin hacer la más mínima mención de sus efectos negativos, mucho más graves y completamente ocultos en el mensaje.

La notícicia sencera a:
https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2015/11/25/articulo/1448451636_313031.html