Bernabé estos días navideños está de bajón. Recuerda otras navidades, no muy lejanas, en las que el alcohol, junto con alguna otra droga, le hizo comportarse de manera dañina con su familia. No se reconoce a sí mismo cuando su hijo le recuerda como insultaba y gritaba a su madre delante de otros familiares la nochevieja del año pasado. La culpabilidad le ahoga, especialmente ahora, en Navidad.
Elena tampoco es un fan de las navidades, de hecho para ella las navidades saben a soledad, a horas y horas en el sillón y a tristeza. La única salida en estos días eran sus pastillas, relajantes y antidepresivos. Le hacían olvidarse de todo, le hacían no sentir.
Por último, para Roberto, que tiene 17 años, las navidades son sinónimo de “demasiado tiempo con la familia”. No quiere pasar mucho tiempo con ellos, pues no tienen mucho que decirse. Procura ir “colocado” a la comilonas, así pasan rápido y no le cuesta mucho sonreír a la abuela, para que parezca que todo va bien…
Bernabé, Elena y Roberto están actualmente en tratamiento en Proyecto Hombre La Rioja. Este año las navidades serán mejores, pero seguirán siendo unas fechas críticas para ellos. En esta época el riesgo de recaída se multiplica, demasiada alegría fuera y todavía muy poca dentro de nosotros mismos. Esto no sólo pasa con las adicciones a sustancias, pasa también con otras maneras poco sanas de gestionar la realidad, o de huir de ella: las personas que trabajan compulsivamente, aquellos que prefieren la consola de videojuegos a quedar con los amigos, los que no dejan de echar monedas en la máquina tragaperras, aquellas otros que creen que comprando compulsivamente van a estar mejor…
En Proyecto Hombre La Rioja estamos convencidos de que para que las Navidades no sean sinónimo de aislamiento, soledad y ansiedad, tenemos que empezar a trabajar hoy. Y dónde más esfuerzo hay que poner es en nuestras familias, con nuestros hijos. Aquí van unas propuestas para ir preparando las navidades del año que viene.
– Más comunicación: Muchas veces en Navidad surgen conflictos enquistados, emociones no dichas, pero de todos conocidas. Una buena comunicación, especialmente emocional, va a hacer que los conflictos se resuelvan naturalmente y a lo largo del año. Así lograremos que los que nos sentemos a comer en Nochebuena o Año Nuevo no seamos unos desconocidos. El puente que nos une con nuestros hijos se construye desde que nacen, y hay que cuidarlo siempre, hay que buscar el tiempo para el compartir, para conocer, para saber qué sienten, cómo viven, quiénes son.
– El tiempo libre hay que aprender a utilizarlo y a los padres nos toca enseñar cómo se hace… los jóvenes que han disfrutado en su infancia de la compañía de sus padres en variadas y enriquecedoras actividades tendrán más posibilidades de no necesitar pasar sus tardes de fin de semana alrededor de un botella en un parque de nuestra ciudad, en los llamados botellones.
– Los reyes magos no pueden traer todo lo que les piden nuestros hijos… y decir que no es mucho más difícil que decir que sí a la hora de comprar, fijar horarios, determinar las responsabilidades en casa… Pero si queremos que nuestros hijos tengan un nivel aceptable de tolerancia a la frustración de adultos, tendremos que empezar a poner ciertos límites, a decir que no, de manera justa pero firme, a la vez que les enseñamos a pensar, a razonar críticamente, y finalmente a ser capaces de decir que no ellos mismos.
– El fin de la educación es la autonomía, que no tiene nada que ver con la soledad de la que comenzamos hablando. La autonomía es alcanzar la madurez suficiente para tomar y responsabilizarnos de nuestras decisiones. En ocasiones no dejamos a nuestros jóvenes ni equivocarse. Si no asumes responsabilidades no te equivocas, pero quizá termines estancándote en los 16 años, sin crecer, sin madurar.
– Vamos a comenzar el nuevo año siendo modelos para nuestros hijos: Si nosotros no sabemos transmitir alegría en estas fechas sin tener que beber una o dos copas, ellos harán lo mismo. Si no practicamos la solidaridad, ni ahora ni en el resto del año, no pretendamos que ellos compartan, sean generosos, etc.
– Y así podríamos continuar con la autoestima, las habilidades sociales, los valores y un largo etcétera de aspectos a trabajar para preparar unas futuras navidades sin nubes negras en el horizonte.
Sé que muchas personas, sobre todo padres, estarán pensando que todo esto suena muy bonito, pero que en la práctica, en la vida real, es muy difícil. No tenemos ni el tiempo, ni los conocimientos, ni el suficiente asesoramiento para ir cambiando nuestra manera de vivir en familia. Desde Proyecto Hombre La Rioja hemos optado decididamente por la prevención, y entre nuestros objetivos más claros está el de dar apoyo a todas las familias que lo necesiten, tanto si tienen un problema o no con las drogas, mediante nuestro equipo de profesionales y voluntarios o también mediante nuestros medios online. (1)
Vamos a hacer que, entre todos, las próximas navidades sean un lugar apacible donde celebrar, divertirnos, compartir y encontrarnos con los seres queridos.
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(1) En aquest punt de l'article hi sortia una adreça web que ara ja no existeix. L'adreça actual és aquesta:
http://www.proyectohombrelarioja.es/prevencion/escuela-de-familias/